Con este blog, pretendo facilitar información sobre actividades, juegos, canciones,...

con las que tanto niños como adultos os divertireis a la vez que los más pequeños pueden ir aprendiendo.

jueves, 27 de enero de 2011

Adivina.


Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar. Si se pelean, aunque quieras no los puedes separar.
(los dedos) 



Una casita con dos ventanitas, que visco te pones si intentas mirarla.
(la nariz)



Una señorita muy señoreada
que lo escucha todo
y no entiende nada.
(la oreja)


De rojo me cubro
sin ser amapola,
mi abuelo y el lobo
completan mi historia.
(Caperucita Roja)


Se parece a mi madre
pero es mayor,
tiene otros hijos
que mis tíos son.
(la abuela)


Hincha, hincha y si te lo pinchan se te deshincha.
(el globo)


Salieron de Oriente
con rumbo a Belén,
si quieres juguetes
escribe a los tres.
 (los reyes magos)

Blancanieves.


En un país muy lejano vivía una bella princesita llamada Blancanieves, que tenía una madrastra, la reina, muy vanidosa. La madrastra preguntaba a su espejo mágico y éste respondía: Tú eres, oh reina, la más hermosa de todas las mujeres. Y fueron pasando los años. Un día la reina preguntó como siempre a su espejo mágico: - ¿Quién es la más bella? Pero esta vez el espejo contestó: - La más bella es Blancanieves.

Entonces la reina, llena de ira y de envidia, ordenó a un cazador: - Llévate a Blancanieves al bosque, mátala y como prueba de haber realizado mi encargo, tráeme en este cofre su corazón. Pero cuando llegaron al bosque el cazador sintió lástima de la inocente joven y dejó que huyera, sustituyendo su corazón por el de un jabalí.

Blancanieves, al verse sola, sintió miedo y lloró. Llorando y andando pasó la noche, hasta que, al amanecer llegó a un claro en el bosque y descubrió allí una preciosa casita. Entró sin dudarlo. Los muebles eran pequeñísimos y, sobre la mesa, había siete platitos y siete cubiertos diminutos. Subió a la alcoba, que estaba ocupada por siete camitas. La pobre Blancanieves, agotada tras caminar toda la noche por el bosque, juntó todas las camitas y al momento se quedó dormida.

Por la tarde llegaron los dueños de la casa: siete enanitos que trabajaban en unas minas y se admiraron al descubrir a Blancanieves. Entonces ella les contó su triste historia. Los enanitos suplicaron a la niña que se quedase con ellos y Blancanieves aceptó, se quedó a vivir con ellos y todos estaban felices. Mientras tanto, en el palacio, la reina volvió a preguntar al espejo: - ¿Quién es ahora la más bella? - Sigue siendo Blancanieves, que ahora vive en el bosque en la casa de los enanitos...

Furiosa y vengativa como era, la cruel madrastra se disfrazó de inocente viejecita y partió hacia la casita del bosque. Blancanieves estaba sola, pues los enanitos estaban trabajando en la mina. La malvada reina ofreció a la niña una manzana envenenada y cuando Blancanieves dio el primer bocado, cayó desmayada.

Al volver, ya de noche, los enanitos a la casa, encontraron a Blancanieves tendida en el suelo, pálida y quieta, creyeron que había muerto y le construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del bosque pudieran despedirse de ella. En ese momento apareció un príncipe a lomos de un brioso corcel y nada más contemplar a Blancanieves quedó prendado de ella. Quiso despedirse besándola y de repente, Blancanieves volvió a la vida, pues el beso de amor que le había dado el príncipe rompió el hechizo de la malvada reina. Blancanieves se casó con el príncipe y expulsaron a la cruel reina y desde entonces todos vivieron felices.

FIN

Los cinco sentidos

El cuerpo humano


Las vocales






Los números






Los tres cerditos.


     En el corazón del bosque vivían tres cerditos que eran hermanos. El lobo siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa.

El pequeño la hizo de paja, para acabar antes y poder irse a jugar. El mediano construyó una casita de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para irse a jugar con él. El mayor trabajaba en su casa de ladrillo. - Ya veréis lo que hace el lobo con vuestras casas- riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande.

El lobo salió detrás del cerdito pequeño y él corrió hasta su casita de paja, pero el lobo sopló y sopló y la casita de paja derrumbó. El lobo persiguió también al cerdito por el bosque, que corrió a refugiarse en casa de su hermano mediano. Pero el lobo sopló y sopló y la casita de madera derribó.

Los dos cerditos salieron pitando de allí. Casi sin aliento, con el lobo pegado a sus talones, llegaron a la casa del hermano mayor. Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El lobo se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero el cerdito mayor puso al fuego una olla con agua.

El lobo comilón descendió por el interior de la chimenea, pero cayó sobre el agua hirviendo y se escaldó. Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en todo el bosque. Se cuenta que nunca jamás quiso comer cerdito. 

FIN

El gato con botas.


Érase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Acercándose la hora de su muerte hizo llamar a sus tres hijos. "Mirad, quiero repartiros lo poco que tengo antes de morirme". Al mayor le dejó el molino, al mediano le dejó el burro y al más pequeñito le dejó lo último que le quedaba, el gato. Dicho esto, el padre murió.
Mientras los dos hermanos mayores se dedicaron a explotar su herencia, el más pequeño cogió unas de las botas que tenía su padre, se las puso al gato y ambos se fueron a recorrer el mundo. En el camino se sentaron a descansar bajo la sombra de un árbol. Mientras el amo dormía, el gato le quitó una de las bolsas que tenía el amo, la llenó de hierba y dejó la bolsa abierta. En ese momento se acercó un conejo impresionado por el color verde de esa hierba y se metió dentro de la bolsa. El gato tiró de la cuerda que le rodeaba y el conejo quedó atrapado en la bolsa. Se hecho la bolsa a cuestas y se dirigió hacia palacio para entregársela al rey. Vengo de parte de mi amo, el marqués Carrabás, que le manda este obsequio. El rey muy agradecido aceptó la ofrenda.
Pasaron los días y el gato seguía mandándole regalos al rey de parte de su amo. Un día, el rey decidió hacer una fiesta en palacio y el gato con botas se enteró de ella y pronto se le ocurrió una idea. "¡Amo, Amo! Sé cómo podemos mejorar nuestras vidas. Tú solo sigue mis instrucciones." El amo no entendía muy bien lo que el gato le pedía, pero no tenía nada que perder, así que aceptó. "¡Rápido, Amo! Quítese la ropa y métase en el río." Se acercaban carruajes reales, era el rey y su hija. En el momento que se acercaban el gato chilló: "¡Socorro! ¡Socorro! ¡El marqués Carrabás se ahoga! ¡Ayuda!". El rey atraído por los chillidos del gato se acercó a ver lo que pasaba. La princesa se quedó asombrada de la belleza del marqués. Se vistió el marqués y se subió a la carroza.  
El gato con botas, adelantándose siempre a las cosas, corrió a los campos del pueblo y pidió a los del pueblo que dijeran al rey que las campos eran del marqués y así ocurrió. Lo único que le falta a mi amo -dijo el gato- es un castillo, así que se acordó del castillo del ogro y decidió acercarse a hablar con él. "¡Señor Ogro!, me he enterado de los poderes que usted tiene, pero yo no me lo creo así que he venido a ver si es verdad."


El ogro enfurecido de la incredulidad del gato, cogió aire y ¡zás! se convirtió en un feroz león. "Muy bien, -dijo el gato- pero eso era fácil, porque tú eres un ogro, casi tan grande como un león. Pero, ¿a que no puedes convertirte en algo pequeño? En una mosca, no, mejor en un ratón, ¿puedes? El ogro sopló y se convirtió en un pequeño ratón y antes de que se diera cuenta ¡zás! el gato se abalanzó sobre él y se lo comió. En ese instante sintió pasar las carrozas y salió a la puerta chillando: "¡Amo,

¡Amo! Vamos, entrad." El rey quedó maravillado de todas las posesiones del marqués y le propuso que se casara con su hija y compartieran reinos. Él aceptó y desde entonces tanto el gato como el marqués vivieron felices y comieron perdices.

FIN

El Mago de Oz.


Dorothy era una niña que vivía en una granja de Kansas con sus tíos y su perro Totó. Un día, mientras la niña jugaba con su perro por los alrededores de la casa, nadie se dio cuenta de que se acercaba un tornado. Cuando Dorothy lo vio, intentó correr en dirección a la casa, pero su tentativa de huida fue en vano. La niña tropezó, se cayó, y acabó siendo llevaba, junto con su perro, por el tornado. Los tíos vieron desaparecer en cielo a Dorothy y a Totó, sin que pudiesen hacer nada para evitarlo. Dorothy y su perro viajaron a través del tornado y aterrizaron en un lugar totalmente desconocido para ellos. Allí, encontraron unos extraños personajes y un hada que, respondiendo al deseo de Dorothy de encontrar el camino de vuelta a su casa, les aconsejaron a que fueran visitar al mago de Oz. Les indicaron el camino de baldosas amarillas, y Dorothy y Totó lo siguieron.
En el camino, los dos se cruzaron con un espantapájaros que pedía, incesantemente, un cerebro. Dorothy le invitó a que la acompañara para ver lo que el mago de Oz podría hacer por él. Y el espantapájaros aceptó. Más tarde, se encontraron a un hombre de hojalata que, sentado debajo de un árbol, deseaba tener un corazón. Dorothy le llamó a que fuera con ellos a consultar al mago de Oz. Y continuaron en el camino. Algún tiempo después, Dorothy, el espantapájaros y el hombre de hojalata se encontraron a un león rugiendo débilmente, asustado con los ladridos de Totó. El león lloraba porque quería ser valiente. Así que todos decidieron seguir el camino hacia el mago de Oz, con la esperanza de hacer realidad sus deseos. 

Cuando llegaron al país de Oz, un guardián les abrió el portón, y finalmente pudieron explicar al mago lo que deseaban. El mago de Oz les puso una condición: primero tendrían que acabar con la bruja más cruel de reino, antes de ver solucionados sus problemas. Ellos los aceptaron. Al salir del castillo de Oz, Dorothy y sus amigos pasaron por un campo de amapolas y aquél aroma intenso les hicieron caer en un profundo sueño, siendo capturados por unos monos voladores que venían de parte de la mala bruja. Cuando despertaron y vieron la bruja, lo único que se le ocurrió a Dorothy fue arrojar un cubo de agua a la cara de la bruja, sin saber que eso era lo que haría desaparecer a la bruja. El cuerpo de la bruja se convirtió en un charco de agua, en un pis-pas. 

Rompiendo así el hechizo de la bruja, todos pudieron ver como sus deseos eran convertidos en realidad, excepto Dorothy. Totó, como era muy curioso, descubrió que el mago no era sino un anciano que se escondía tras su figura. El hombre llevaba allí muchos años pero ya quería marcharse. Para ello había creado un globo mágico. Dorothy decidió irse con él. Durante la peligrosa travesía en globo, su perro se cayó y Dorothy saltó tras él para salvarle. En su caída la niña soñó con todos sus amigos, y oyó cómo el hada le decía: - Si quieres volver, piensa: “en ningún sitio se está como en casa”. Y así lo hizo. Cuando despertó, oyó gritar a sus tíos y salió corriendo. ¡Todo había sido un sueño! Un sueño que ella nunca olvidaría... ni tampoco sus amigos.
FIN

Debajo de un botón.


Debajo de un botón, ton, ton,
que encontró Martín, tín, tín,
había un ratón, ton, ton
ay que chiquitín, tin, tin,
ay que chiquitín, tin, tin,
era aquel ratón, ton, ton,
que encontró Martín, tin, tin,
debajo de un botón, ton, ton

Charco, orilla.


Se dibuja una línea en el suelo y se señala un lado de la línea como charco y la otra como orilla. Los jugadores se colocan todos a un lado de la línea y deben saltarla con los pies juntos sin pisarla según el educador indique charco u orilla. El niño que pise la línea o se equivoque al saltar al charco o la orilla se eliminara. Gana el ultimo en eliminarse

La casita.


En el campo hay una casita-ta
que tiene dos ventanitas-ta,
pasó una liebre corriendo-do
y llamo a la puertecita-ta
¡ayúdame ayúdame,
que el lobo me quiere comer!
Ven, ven y ven, ven, ven
y toca las palmitas-ta.

Soy una taza.

Las cuatro esquinas.

Se delimita un cuadrado en el suelo, con objetos de referencia en las esquinas o pintando el cuadrado en el suelo. El juego se realiza con cinco jugadores, cuatro esquineros y un plantón. Para saber a quién le corresponde quedarse primero de plantón, se echa a suertes. Los  esquineros empiezan a cambiar entre sí de puesto. El plantón debe procurar alcanzar una de las esquinas cuando la han abandonado. Si lo consigue, el esquinero que queda sin puesto pasa a ser plantón.

La arañita.


 La araña pequeñita subió, subió, subió,
vino la lluvia y se la llevó,
el sol salio y la lluvia secó
y la araña pequeñita subió, subió, subió

Estaba el Señor Don Gato

miércoles, 26 de enero de 2011

Hola Don Pepito.


Eran dos tipos requetefinos,
eran dos tipos medio chiflados,
eran dos tipos casi divinos,
eran dos tipos disparatados.
Si se encontraban en una esquina
o se encontraban en el café
siempre se oía con voz muy fina
el saludito de don José.
¡ Hola Don Pepito!
¡ Hola Don José!
¿ Pasó usted por mi casa?
Por su casa yo pasé.
¿Vio usted a mi abuela?
A su abuela yo la vi.
Adiós Don Pepito.
Adiós Don José.

El pañuelo.


Se forman dos equipos del mismo numero de personas, el educador se coloca entre ambos con un pañuelo en la mano a una distancia para que se pueda correr. A cada jugador se le asigna un número según el número de participantes que forman los equipo. El juego consiste en que cuando el educador diga un numero, “6” cada jugador de cada equipo con este numero intentará coger el pañuelo y llevárselo a su equipo, mientras su contrincante intenta alcanzarlo. Si el jugador que tiene el pañuelo llega a su equipo queda eliminado el contrario. En cambio, si el contrario alcanza al jugador del pañuelo, éste es el que queda eliminado. Cuando se elimina un jugador de un equipo, otro miembro del equipo el que lleva su número. El juego termina cuando todos los jugadores de un equipo han sido eliminados.

Bugui Bugui

Tengo una muñeca vestida de azul.


Tengo una muñeca
vestida de azul,
con su camisita
y su canesú
la saqué a paseo
se me constipó
la tengo en la cama
con mucho dolor.
Esta mañanita
me dijo el doctor
que le de jarabe
con un tenedor.
dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.

Los tres Cochinitos

El matar.

Se hacen dos equipos, cada uno se sitúa en un lado del campo y un compañero de cada equipo pasa al cementerio, situado detrás del campo contrario. El juego consiste en eliminar a todos los jugares del equipo contrario golpeándolos lanzándoles el balón sin que toque el suelo. Si se lanza un balón y el equipo contrario lo coge, sin que toque o aya tocado el suelo, es eliminado el jugador que lanzo el balón. Los jugadores eliminados están muertos y pasan al cementerio, desde donde se pone en marcha de nuevo el juego. Un jugador muerto puede salir del cementerio si mata a alguien, siempre que en el cementerio haya mas de dos personas.

Pollito ingles.


Uno se la queda mirando a la pared. El resto se coloca en la línea de salida. El que esta en la pared canta la canción del pollito mientras los demás se van acercando despacio hasta que termine la canción, entonces deben quedarse quietos. Cando el que está en la pared termina de cantar se vuelve y si ve a alguien moverse lo manda a comenzar. Gana el que llegue primero a la pared.

1,2,3,
pollito ingles,
a la pared.

Estatua.


Uno de los niños se la queda y tiene que pasársela a otro. Todos corren y para salvarse de que no les cojan pueden decir ¡estatua! Y quedarse inmóvil. Para poder seguir jugando un compañero que este libre le debe tocas. Cuando el niño que se la queda coge o toca a otro antes de que diga estatua, este se la queda.

El juego de las silla.


Se colocan sillas, una menos que el número de participante, formando un círculo con los respaldos hacia dentro. El educador pone música y los niños dan vueltas alrededor de las sillas siguiendo el ritmo. Cuando el educador para la música los niños deben intentar sentarse, y se elimina el que quede sin sitio. Cada vez que un niño es eliminado se quita una silla quedando siempre una silla menos que el número de participante. Se va repitiendo hasta que solo queden dos jugadores y una silla, gana el que consigue sentarse en la silla.

Los números.


El uno es un soldado haciendo la instrucción.
El dos es un patito que está tomando el sol.
El tres es una serpiente que gira sin cesar.
El cuatro una sillita que invita a descansar.
El cinco tiene orejas, parece un conejito.
El seis es una pera redonda y con rabito.
El siete es un sereno con gorra y con bastón.
El ocho son las gafas que lleva don Ramón.
El nueve es un globito atado a un cordel.
Y el diez es un tiovivo para pasarlo ¡bien!

La vaca lechera.


Tengo una vaca lechera,
no es una vaca cualquiera,
me da leche merengada,
ay!
que vaca tan salada,
tolón, tolón, tolón, tolón.

Un cencerro le he comprado
y a mi vaca le ha gustado.
Se pasea por el prado
mata moscas con el rabo
tolón, tolón,
tolón, tolón.

Qué felices viviremos
cuando vuelvas a mi lado
con sus quesos, con tus besos
los tres juntos ¡qué ilusión!

Quisiera ser tan alta como la luna.


Quisiera ser tan alta
como la luna,
¡ay! ¡ay!,
como la luna,
como la luna,
para ver los soldados
de Cataluña,
¡ay! ¡ay!,
de Cataluña,
de Cataluña.

De Cataluña vengo
de servir al Rey
¡ay! ¡ay!,
de servir al Rey,
de servir al Rey,
y traigo la licencia
de mi Coronel,
¡ay! ¡ay!,
de mi Coronel,
de mi Coronel.

Al pasar por el puente
de Santa Clara,
¡ay! ¡ay!,
de Santa Clara,
de Santa Clara,
se me cayó el anillo
dentro del agua,
¡ay! ¡ay!,
dentro del agua,
dentro del agua.

Al sacar el anillo
saqué un tesoro,
¡ay! ¡ay!,
saqué un tesoro,
saqué un tesoro:
una Virgen de plata
y un Cristo de oro,
¡ay! ¡ay!,
y un Cristo de oro,
y un Cristo de oro.